No tienes que ser mujer para darte cuenta que la mitad de la población mundial vive bajo un miedo constante a ser violentada sólo por su género. En México se asesinan 9 mujeres a diario, y al menos 6/10 han sufrido alguna vez algún tipo de violencia. ¿Por qué hemos tenido que llegar a estos extremos para que los temas de género y violencia comiencen a importar en verdad?

Género como espectro
Sobre género, sexo y orientación sexual
La atención de la causa feminista enlas redes sociales ha reactivado muchas complejidades y restablecido el diálogo tocante a temas como la concepción de los roles y los estereotipos de género que aún imperan en la sociedad.
Si bien, el mundo digital supone un mundo anónimo, sin etiquetas de género o sexo, es bastante común que una persona ajena a estas normalizaciones deba debatir cuando se le pregunta binariamente por su sexo.
Para poder hablar de un mundo sin etiquetas tendríamos que empezar por definir algunas de las que nos causan más ruido en la actualidad, como son: el género, el sexo y la orientación sexual/afectiva. Por alguna razón, las tres se suelen confundir como si fueran la misma cosa, cuando en realidad son muy diferentes.

(Os)
Estudiante de periodismo. 24 años. Hombre. Heterosexual
El género es una construcción que hemos forjado por medio de la cultura y la sociedad en la que vivimos. Hasta cierto grado, se trata de una serie de estereotipos y de normas que la gente debe seguir de acuerdo al sexo que se le asigna al nacer.
En este discurso, el sexo se conforma de nuestros aparatos reproductores y los caracteres físicos que los acompañan. El sexo es lo que realmente podría ser considerado binario; porque sí existe una pequeña comunidad que sufre de la intersexualidad. Si bien estos casos son contados, rompen la idea del sexo como blancos y negros.
Tanto el sexo como el género se han entrelazado desde siempre, posiblemente ahora menos que nunca; pero hoy la idea de que son entes separados aún es muy controversial.
Esta relación es algo de lo que no se habla. Resulta muy raro que en una familia, al menos en México, se ponga en cuestionamiento si el niñ@ al que crían no se ajusta a las imposiciones referentes al género que, automáticamente, le ayudan a crear. Mucha gente que no encaja en el modelo tradicional se siente desplazada y reprimida.
¿Cuántas veces te preguntaron si querías ser hombre o mujer?

(Eme)
Estudiante de periodismo. 21 años. Mujer. Heterosexual

(Luis)
Estudiante de Comunicación. 23 años. Hombre. Heterosexual.
Por otro lado, está la orientación sexual y/o afectiva. Ella se determina como una atracción por el sexo opuesto, la cual se conoce como heteronormativa.
Palabras más, palabras menos se trata de esa idea que tenemos sobre la mujer y el hombre, como la única pareja posible, ya sea natural, social o culturalmente. Esta noción deja de lado a muchas personas, quienes no necesariamente se sienten atraídas por personas del sexo opuesto.
En la actualidad, pareciera que hay una liberación casi degenerada de la sexualidad cuando, en realidad, no es así. Aún existe mucha gente cómoda con las imposiciones que reinan en la sociedad, lo cual genera un mar de ideologías enemigas y contradictorias entre sí.
En la sociedad resulta difícil lograr un verdadero diálogo entre quienes no son afines ideológicamente. El problema, entonces, recae en cómo los conservadores de esas normalizaciones reaccionan ante sus opositores y viceversa.
En países como México, con tantos problemas socioculturales, políticos y económicos, cualquier otro conflicto queda en segundo plano. Vivimos en un estado de emergencia que no da lugar a cuestionar sobre asuntos que no se consideran relevantes, como son las temáticas como el género, el sexo o la orientación sexual, además de la violencia de género.
Si no somos capaces de reconstruir estos conceptos frente a nuestros prejuicios, mucho menos podremos llegar a vislumbrar cómo ciertas de las imposiciones que tenemos han forjado una sociedad machista y misógina.
En México, mucha gente llega a justificar su machismo por el simple hecho de ser mexicano, como si serlo nos condicionará instantáneamente. Resulta una posición muy cómoda querer justificarse tras las tradiciones y costumbres nacionales.
El tema del género en México es aún algo muy delicado. Muchas de las normativas sociales que tenemos parten de la religión católica y, por lo tanto, cuestionarlas es como cuestionar a la religión en sí.
El camino para poder empezar a entender estos temas o siquiera abrirles un espacio de diálogo debería partir de una disposición colectiva, de un deseo de superación y hasta de un sentimiento laico por la educación. Definitivamente es complicado, mas no imposible.

(Ro)
Estudiante de Artes Plásticas. 22 años. Hombre. Heterosexual.

(Vero+Kike)
Estudiante de Diseño y trabajador. 21 y 22 años. Mujer y hombre. Heterosexuales.

(Barbie+Eloy)
Estudiante de Diseño y de Artes. 24 y 26 años. Mujer y hombre. Heterosexuales.