
Mentir para resistir: lo que la serie Mentiras revela sobre ser mujer
- Alexia S.S. Domínguez García
- 23 jun
- 5 Min. de lectura
SOBRE EL MENTIVERSO
El 13 de junio de este año (2025), Amazon Prime estrenó Mentiras, la serie, una adaptación del famoso musical homónimo estrenado en 2009, que a la fecha sigue presentándose en el Teatro Aldama (CDMX).
Para quienes nunca hayan visto el musical, en esencia trata de cuatro mujeres en la década de los 80 convocadas tras la muerte de un hombre que todas tienen en común. Al reunirse, se revela que él ha sido asesinado y que la responsable es una de ellas. La verdadera sorpresa es que las cuatro eran sus parejas al mismo tiempo. La verdad sale a la luz y no cesará hasta que todas develen a la asesina.
La obra original fue escrita por José Manuel López Velarde y es un jukebox musical, es decir, una obra compuesta por canciones preexistentes —por lo general, populares— en lugar de piezas creadas específicamente para ella. El repertorio incluye temas icónicos de cantantes ochenteras como Daniela Romo, Lupita D’Alessio, Amanda Miguel y Yuri, entre otras.
Desde su estreno, el musical ha sido reinterpretado desde distintos ángulos: versiones de terror, finales alternativos, e incluso una versión drag. La reapropiación de elementos como el melodrama de telenovela, lo kitsch, la música y la estética de los 80 hacen de esta obra un artefacto de nostalgia pura. Ahora, con la serie, el Mentiverso se expande más allá del teatro y llega a nuevas audiencias a través de la pantalla chica.
SPOILER ALERT
Aquí haré una pausa para decir que ESTOY POR SACAR MUCHOS TRAPITOS AL SOL. Así que tienen de tres sopas:
Se van a CDMX a ver la obra (ya sea la original o la dragueada).
Se echan la obra en YouTube (les dejo una presentación grabada).
O se lanzan a maratonear la serie (que está en Amazon Prime, como ya dije).
AHORA SÍ: EL MEOLLO
Debo empezar diciendo que me decepcionó un poco saber que un hombre estuviera detrás de la historia. Aunque, ya en retrospectiva, no me sorprende tanto que de un hombre salieran estos arquetipos femeninos. También entiendo que, al ser una obra de teatro mexicana, los estereotipos fluyan con cierta naturalidad. Aun así, celebro el esfuerzo por profundizar en cada arco narrativo de las personajas en esta nueva adaptación.
Exploremos un poco a cada una de estas mujeres:
DANIELA

Primero está Dani, interpretada por nuestra princesa del pop, Belinda. Es una chica judía criada para ser una princesa: tarda tres horas en arreglarse, su mundo es color rosa (literal), y no se muestra más allá de su belleza. Está empeñada en conservar a Emmanuel (el baboso que las engaña a todas), pero no hay sueños, no hay ambiciones, sólo mantener el status quo y acallar los qué-dirán.
Cuando Emmanuel comienza a alejarse, ella se siente perdida. En un intento desesperado por conservar su lugar, su madre la orilla a mentirle sobre un embarazo. Al final, no puede sostener la mentira y termina dañándose a sí misma.
Aunque Dani es una mujer educada y de abolengo, su “esposito” la trata como muñequita en su Barbie’s dreamhouse. Puede parecer fría y caprichosa, pero simplemente está cumpliendo el rol que le impusieron. No es hasta que se le cae el teatrito del amor romántico que comienza a despertar.
Lástima que no sepamos qué pasa con ella después. Me gusta imaginar que convierte su lado socialité en un negocio rentable.
DULCE

Luego tenemos a Dulce, interpretada por Diana Bovio. Una mujer uuuultra mocha y embarazada, que resulta ser la segunda esposa de Emmanuel. Ella era la niñera del hermanito de Daniela, y así lo conoció. Interpreta su encuentro como una señal divina (ora qué).
A diferencia de Dani, Dulce no vive rodeada de lujos. Emmanuel le miente diciendo que es piloto y así justifica sus ausencias en casa. Ella es la más “mentirosita” de todas. Aunque aparenta inocencia, en realidad busca un amor apasionado. Ese mismo deseo la lleva a engañar a su esposo con El Puma (quien no aparece en la obra original, pero suma contexto sobre sus deseos).
Dulce tiene serios problemas para enfrentar la verdad. Está embarazada, sí, pero de El Puma. Al enterarse, él la abandona. Emmanuel, creyéndose padre, se emociona.
¿Y qué pasa con Dulce al final? Ni idea. ¿Cómo enfrentará la maternidad sola? ¿Cómo sostendrá económicamente su vida? ¿Cómo lidiará con sus creencias religiosas? Muchas dudas se quedan ahí… y eso cae gordo.
LUPITA

Después está Lupita, la leona. Ella es la secretaria divorciada de Emmanuel, la amante cliché, pero también la que mejor nos cae. Es la primera en descubrir las mentiras y en confrontar todo.
Lupita es una joya. Tiene barrio, carácter, y la interpreta Mariana puedo-hacer-todo Treviño (quien además fue la Lupita original en 2009). Aunque ella sabe que es “la otra”, su culpa se siente genuina. Este es el personaje que más ruido hace, porque si bien la Lupis es alivianada, es pambolera y con el autoestima bien puesto, es raro que se preste al juego de la amante.
Es extraña la contradicción: una mujer tan segura, tan deseada, tan firme… ¿por qué prestarse a eso? Aunque quizá no tanto si lo vemos desde el México ochentero, pre-deconstrucción y con el machismo en su apogeo.
Confieso que sí me dio coraje que en el epílogo la pintaran como una mujer que necesitaba estar casada y que nunca pudo encontrar una pareja estable, ¿pooor?
YURI

Por último está Yuri, interpretada por Regina Blandón (quien, por cierto, también hace de Emmanuel en MentiDrags). Es una joven abogada, mejor amiga de Daniela y de Emmanuel. Para mí, es el personaje más complejo.
Tiene una relación tensa con su padre, que la menosprecia por ser mujer. Es brillante, trabajadora y vive en conflicto con sus sentimientos. Su amistad con Emmanuel viene desde la prepa, y aunque hay cariño real, también hay mentiras.
Yuri es la cuarta pareja. Emmanuel la visita cada semana y mantiene una relación con ella paralela a las demás. Cuando Dani descubre la verdad, Yuri siente alivio... pero también le confiesa algo más: la ama. Dani no le cree; cree que es una excusa para justificar todo el daño. Auch.
Yuri carga con mucha culpa. A diferencia de Lupita, intenta mantenerse al margen. Apoya a Dani, incluso cuando sabe que está fingiendo su embarazo. Y en uno de los mejores momentos de la serie, Lupita le dice a Dani que su idea del amor es muy limitada: no es solo sexo, también es cuidar, acompañar, estar.
De Emmanuel no voy a hablar, ya le dieron más tiempo del que merecía en pantalla, ese cuento de que ni Jung ni Freud podían entender sus engaños no me lo creo. Y sí, tal vez sueno un poquito-mucho-muy resentida pero es que amar no es cuestión de acomodar una agenda para complacer o mimetizarse con tu pareja (o parejas). Amar es estar, es procurar, es querer bonito chingao. Así que fokyu a todos los Emmanueles y Emmanuelas que seguro hay por ahí.
PERO ENTONCES… ¿ES O NO ES?
¿Es Mentiras una obra que refuerza el discurso patriarcal o que impulsa la sororidad? Difícil decirlo con un sí o un no. Claramente hay estereotipos y roles heredados por el patriarcado. Pero también es una historia de cuatro mujeres que comparten defectos, mentiras y verdades. Que logran formar un vínculo que rebasa al hombre que las unió.
En un contexto actual, esta obra tendría momentos “funables”, sí. Pero, en su conjunto, yo diría que sí es un manifiesto de sororidad. Y que nos recuerda que el abuso emocional es tan viejo como vigente.




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